Copias de seguridad (II)
Las copias de seguridad son la herramienta más básica para evitar la pérdida irrecuperable de información. No todos los sistemas están automatizados, por lo tanto, los usuarios debemos ser conscientes de que hay datos de los que somos responsables de su conservación.
Desde hace ya muchos años, es práctica habitual hacer copias de seguridad periódicas de los servidores, las bases de datos y archivos en ellos almacenados que son copiados en cintas de alta capacidad que, a su vez, son almacenadas en cajas ignifugas en localizaciones distintas para protegerlas en caso de desastre y poder recuperar el estado normal de operación en un tiempo razonable.
Con el tiempo, se han ido desarrollando medidas muy sofisticadas con cabinas robotizadas y sistemas de copia en redes de alta velocidad haciendo el proceso totalmente automático.
Sin embargo, la información reside, cada vez más, fuera de los servidores. Los documentos y pequeñas bases de datos pueden suponer un porcentaje muy alto de la información que utilizamos en nuestro día a día. Si no se hace una copia de seguridad periódica de la misma, corremos el riesgo de perderla definitivamente en caso de desastre.
Todavía son pocas las empresas que ponen a disposición de todos sus trabajadores un sistema de copia de seguridad que les permita realizar las mismas de un modo sencillo. Si este es su caso, entonces debe asegurarse de que las copias terminan y no para el proceso antes de tiempo. Dicho proceso de copia puede ser prolongado, no obstante, los beneficios en caso de tener un problema compensan, con creces, este pequeño inconveniente.
Si la empresa no ha puesto a su disposición un sistema automático de copias de seguridad, entonces deberá adoptar una serie de medidas que minimicen el riesgo de pérdida de información.
Una medida, que puede resultar tentadora, es utilizar un disco USB; son muy populares, baratos y cada vez tienen más capacidad de almacenaje, permitiendo tener muchos años de información en un solo disco. Sin embargo, desde el punto de vista de seguridad, esta medida plantea un serio problema: Si no se adoptan costumbres estrictas en el manejo del disco, éste puede suponer una fuente de fugas de información. Por tanto, el disco que utilicemos para realizar las copias de seguridad deberá almacenarse bajo llave y nunca salir de la oficina o de un entorno controlado por la empresa. También debe considerarse la robustez del disco que se esté utilizando, puesto que las memorias flash que se utilizan en los dispositivos USB tienen un límite de escrituras y son bastante susceptibles a los errores, a medidas que se utilizan, lo que puede llevarnos a una falsa sensación de tener los datos debidamente respaldados y que cuando tengamos que recuperar el dispositivo, en el que están almacenados, no funcione.
La mejor manera de reemplazar un sistema de copia de seguridad profesional es un espacio de almacenamiento en red proporcionado por el departamento de sistemas de nuestra compañía. Si se copia periódicamente en él los datos más relevantes, éstos estarán siempre disponibles para su recuperación y, lo que es más importante, estarán también disponibles, si fuera necesario, para el personal técnico de la compañía que podrá restaurar una copia operativa de nuestro equipo desde las instalaciones de la empresa, sin tener que saber donde se encuentran las copias que realizamos.