El uso del ordenador – Adolescentes
El ordenador es la puerta a un mundo de amistades y entretenimiento, pero también una compleja herramienta que precisa estar afinada y engrasada. ¿Te imaginas lo que sería tener la moto sin ajustar ni controlar el aceite?
Puede que el ordenador al que tengas acceso sea el de tu instituto o el de un cibercafé, o quizás compartes en casa el equipo de algún familiar si no tienes la suerte de contar con un equipo para tu uso específico. Cada uno de los anteriores casos tiene sus peculiaridades y por otro lado comparten algunos aspectos.
Comenzando por el entorno; el ordenador precisa de unas condiciones ambientales que, en la mayoría de situaciones, serán conformes con las recomendaciones que los fabricantes incluyen en la documentación de los mismos y que si estamos en el instituto, colegio o cibercafé es altamente probable que ya se habrán tenido en cuenta.
En casa, deberías verificar (si es preciso, con ayuda familiar) que el cableado eléctrico que le da servicio está en condiciones y, preferiblemente, no discurre bajo alfombras o moquetas y su conexión es firme y correcta. Deberías asegurarte también de que cuenta con una ventilación en condiciones que, evite la acumulación del calor que se genera en su interior y pueda llegar a provocar un mal funcionamiento. Hay otras cuestiones, como la humedad, que afectan, no sólo a los ordenadores, si no a cualquier dispositivo eléctrico y hay que tener en cuenta. Por ejemplo, cuando uno decide estar tomando un refresco al tiempo que hace uso del equipo (ya sería mala suerte que por despiste o accidente se derramara el refresco afectando a los componentes del ordenador).
Si el ordenador del que haces uso está en tu casa, entonces queda en la responsabilidad familiar, bien tuya o de algún pariente, velar por la puesta a punto del equipo y de los programas que permiten que interactúes con el ordenador. Por desgracia, como en muchas otras actividades, el desarrollo de programas de ordenador no están libres de errores. Aquí es donde entran en juego el soporte que proporcionan los fabricantes ofertando paquetes de código (los llamados parches y/o actualizaciones) con los que se intentan corregir los errores detectados. Debes tener en mente, revisar con cierta regularidad los parches anunciados en las páginas web de los fabricantes de tus programas y desconfía de aquellos parches que no provengan de dichas fuentes, pueden no ser lo que se anuncia.
En la medida de lo posible, procura que el perfil de usuario con el que accedes al ordenador habitualmente, tenga los derechos necesarios para permitirte usar las aplicaciones que necesites, pero evita gozar del “poder del control total”. Si accedes al equipo con permisos excesivos, puede que un despiste o un accidente provoque la ejecución de alguna orden no deseada que conlleve desde la instalación de algún programa no adecuado hasta la pérdida de datos. Además, estarás facilitando que, si algún código malicioso llega a estar presente en el sistema, pueda operar a sus anchas.
Si tienes la suerte de que el equipo al que te conectas es tuyo, posiblemente tendrás interés en que si algún familiar precisa usarlo, lo haga con una cuenta de usuario distinta de la tuya y no sólo por que quieres contar con tu parcela de intimidad, sino porque en caso de despiste o accidente, será más complicado que algún documento de tu interés acabe borrado. Esto mismo ocurre a la inversa cuando el equipo que debes de utilizar es compartido de algún familiar, intenta que te creen una cuenta de usuario para ti y que, de esa forma, puedas usar el equipo con la tranquilidad de que no vas a provocar accidentalmente un problema por haber afectado a un documento que no sea tuyo.
Si debes hacer uso de un equipo “extraño” como el de un cibercafé, procura asegurarte de que la sesión la abres tú y no utilizas la del anterior ocupante. No sabes qué programas puede haber estado usando ni que finalidad tienen si ha dejado alguno en ejecución. En cualquier caso, ten en cuenta que es un equipo público y que no puedes tener certeza sobre su correcto funcionamiento para tus intereses particulares. Si cuentas con la posibilidad de utilizar como sistema operativo del equipo uno que tengas configurado sobre un CD, DVD, o memoria USB, tanto mejor, ya que de esa manera te aseguras de que no contiene ningún código “extraño” y del que desconozcas su existencia en el sistema y su fin.