Uso del WiFi en el teléfono

El teléfono móvil puede conectarse sin problemas a redes WiFi; casi todos los terminales nuevos llevan esta opción. Como en todas las situaciones donde nos conectamos a un elemento del que no tenemos el control total, la prudencia es la mejor recomendación.

Si asumimos que el teléfono móvil es un ordenador, con todas las capacidades que éstos prestan, y le aplicamos las medidas de seguridad razonables (y posibles), sumadas a nuestro uso del sentido común y la precaución, podremos darle un uso con las mayores garantías de seguridad.

En el caso concreto del uso del WiFi desde el teléfono, podemos hacer las mismas recomendaciones que para cualquier ordenador o dispositivo que se conecte a un punto de acceso WiFi.

Lo principal es asegurarse de que todas las comunicaciones que salen de nuestro teléfono están cifradas, siempre que sea posible. Evitemos navegar páginas con datos sensibles si no es mediante protocolos https.

Si hacemos uso del correo electrónico, configuremos nuestras cuentas de correo para que las comunicaciones se hagan siempre mediante las versiones cifradas. Los protocolos más típicos, POP3, SMTP e IMAP, cuentan con versiones cifradas que nos aportan garantías de confidencialidad: POP3-SSL, SMTP-SSL e IMAP-SSL.

En los teléfonos modernos contamos, habitualmente, con la posibilidad de instalar aplicaciones útiles, desde las tiendas oficiales o sitios web oficiales del fabricante. Evitemos descargar aplicaciones de sitios que no sean oficiales y, si no tenemos otras opciones debido a la ausencia de esas aplicaciones, tratemos de descargar siempre mediante protocolos seguros y desde direcciones Web que hayamos verificado.

En casos donde un punto de acceso WiFi ha podido ser controlado por un atacante, es posible que intercepten nuestras comunicaciones y, de forma sutil, instalen una aplicación maliciosa mientras nos hacen creer que instalamos una aplicación legítima.

Recordemos mantener la misma “higiene” que podemos aplicar a un ordenador: Vigilemos nuestras contraseñas, tratemos de mantener siempre las mejores prácticas, etc.

Un detalle importante es el de configurar nuestros teléfonos para que no se conecten automáticamente a “la primera red disponible”. Y por supuesto, tratemos de que las redes a las que vamos a conectar siempre tengan seguridad activa (mejor mediante seguridad WPA que con seguridad WEP). Si no cuentan con seguridad, tenemos que dar por supuesto que cualquiera puede vigilar nuestras acciones y navegación. Emplear exclusivamente protocolos seguros (https, SSL…) es siempre la mejor medida, haya o no seguridad WPA o WEP.

Como punto final, recordemos que existen aplicaciones de protección también para los teléfonos móviles. No están tan avanzadas como las existentes para ordenadores, pero puede ser una idea interesante probar alguna de ellas.

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