Descargas P2P

Las redes de descargas de ficheros tienen sus ventajas y sus inconvenientes: nos dan acceso a muchos ficheros y documentos compartidos por otras personas, pero, por otro lado, nos exponen a multitud de riesgos e infecciones.

El modelo P2P (Peer-to-peer o “par contra par”) se basa en redes donde, cada usuario conectado, actúa como un nodo de la red enviando y recibiendo partes de ficheros o ficheros completos, dependiendo del tipo de red.

Lo que se consigue mediante esta filosofía es repartir la carga de ficheros entre muchos usuarios aprovechando su espacio en disco y su capacidad de conexión de forma que, sin existir generalmente un servidor centralizado, el consumo queda repartido entre todos los miembros de la red. Se hablan de cifras de teras y teras (recordemos que un tera son mil gigas y que un giga son mil megas) de información compartida de forma constante en redes P2P, cosa que sería imposible con servidores centralizados que almacenaran todos esos datos.

Una de las grandes características de las redes P2P es que permiten compartir cualquier cosa. Es decir, nosotros mismos, al conectarnos con una red de intercambio de archivos, podemos poner a disposición de otros usuarios nuestros archivos, de forma que poco a poco esos archivos irían propagándose y, con el paso del tiempo, podríamos encontrar partes de éstos en multitud de equipos dentro de la red (siempre dependiendo del interés suscitado por nuestros ficheros; cuanto más populares, más replicados los veremos).

Se da la circunstancia de que muchas veces, ficheros, documentos, películas o canciones totalmente descatalogadas e inaccesibles por otros medios, las podemos encontrar en redes P2P o de intercambio de archivos. Es una gran ventaja y este modelo de compartir tiene muchos puntos positivos. Además, las redes de intercambio de archivos son muy potentes en velocidad y permiten descargar de forma muy rápida ficheros populares que se encuentren en ellas. Por el contrario, son puntos de infección muy comunes ya que, en muchos casos, los archivos que se comparten están asociados con software pirata que viene con caballos de Troya o malware oculto en su interior.

Debemos tener cuidado con las descargas que realizamos desde redes P2P. En algunas redes, se pueden añadir comentarios a los ficheros, por lo que puede ser una buena idea leer, antes de iniciar una descarga, los comentarios que otros usuarios añaden, para asegurarnos que no se hace referencia a malware, virus, caballos de Troya, etc.

Por otro lado, la mayor parte de las herramientas de defensa cuentan con filtros de protección específicos para las redes P2P, no olvidemos activarlos.

Las redes más comunes de intercambio de archivos hoy en día son las de Emule (redes basadas en eDonkey) y las de Bitorrent (más modernas), ambas emplean, generalmente, programas de descarga muy conocidos.

Existe otro riesgo asociado con las redes P2P y es el de instalar un software de descarga malicioso; atraídos por mensajes de “descargas muy rápidas” o “gana un mil por ciento en velocidad”, podemos instalar aplicaciones que realmente no mejoran la velocidad y que pueden exponer nuestros ordenadores.

Nuestra recomendación es descargar siempre los programas más conocidos y oficiales de cada una de las redes, por ejemplo, emule desde su página web oficial o aplicaciones tales como uTorrent o Azureus (conocido ahora como Vuze) para las redes bitorrent.