Copias de seguridad – Adolescentes
“¡Argh! El disco de mi ordenador se ha roto y tengo que entregar un trabajo en clase que sólo tenía en el disco duro”. Quizá esta sea una de las cosas más habituales y, por otro lado, más avisada y fácilmente evitable.
Realizar copias de seguridad de la información de nuestro interés es, cada vez, un proceso más sencillo (sobre todo con la aparición de dispositivos de almacenamiento de gran capacidad externos al ordenador).
Por desgracia, nadie está a salvo de sufrir un siniestro provocado por el hombre o la Naturaleza. Cuando somos usuarios de ordenadores, se suman a las situaciones de desastres, los pequeños accidentes, mal funcionamiento de los equipos, equivocaciones en las operaciones ejecutadas, las pérdidas, hurtos o robos. Y, aunque son normalmente menos graves, tienen un efecto igual o superior sobre nuestra información pues al convertirnos en usuarios de ordenador tendemos a concentrar sobre el equipo el almacenamiento de toda nuestra información: la banal y la importante.
Realizar una copia de seguridad es un proceso sencillo y rápido en la actualidad, pero antes que nada, conviene ser organizado al archivar y clasificar en el equipo las diferentes clases de documentos que podemos guardar. Otra cuestión a tener en cuenta es la de ser selectivo con aquello que deseamos conservar en una copia de seguridad: Hay información que es de dominio público y ampliamente difundida, por lo que, en caso de que suframos la pérdida de un documento bajo esta clasificación, el mayor problema es tener que realizar una búsqueda en Internet y volver a descargarlo. Por otro lado, hay documentos en los que hemos invertido una ingente cantidad de esfuerzo y tiempo para su creación o que sin habernos costado un esfuerzo especial, son de difícil o imposible restitución, como la foto en la que se refleja una situación vivida en un momento determinado.
A la hora de realizar las copias de seguridad, hay que ser mínimamente conscientes de ante qué riesgos debe de servirnos la copia de seguridad y obrar en consecuencia a la hora de seleccionar sobre qué dispositivo realizarla. Si bien es bastante normal ir realizando una copia del documento sobre el que estamos haciendo modificaciones en el mismo equipo en que estamos trabajando, no es conveniente que nuestras copias de seguridad estén en el mismo disco o incluso equipo en el que tenemos la información original. Si con nuestra copia de seguridad pretendemos estar cubiertos en caso de que la unidad de disco duro sufra una avería, ¿qué cara se nos quedaría al ver que la copia de seguridad no es accesible por haberla realizado sobre esa misma unidad?
La importancia de la información a preservar es la que nos indicará la conveniencia de mantener tan sólo una copia de la misma en nuestro mismo hogar o tal vez llegar a un acuerdo con un familiar o amigo y depositar en su casa una copia adicional que nos prevenga ante un accidente mayor en nuestro hogar.
Por supuesto, no es necesario que se haga una única copia de seguridad de toda la información que es importante para nosotros y sobre el mismo dispositivo. Podemos estructurar las mismas y en función del tipo de información y de su importancia para nosotros, realizarlas cada una con una planificación diferente y sobre un dispositivo dedicado.
En cuanto a la frecuencia con que hay que hacer una copia de seguridad, quizá no sea necesario que sea realizada de forma diaria o tal vez sí. Todo depende de cuánta información relevante hayamos acumulado entre la realización de la última copia de seguridad y el momento actual. Aún así, suele ser conveniente programar la realización automática de copias de seguridad cada cierto tiempo; esto nos asegurará que las estamos realizando y, por otro lado, realizar adicionalmente una copia especial si hemos incrementado significativamente la información sensible en el equipo.
Algo que debemos de tener en cuenta es la conveniencia o no de realizar la copia de seguridad, alternando al menos un par de dispositivos externos, pues aunque sería el colmo de la mala suerte, no sería la primera vez que durante el proceso de copiado fallan las unidades y se pierde, no sólo la información que queríamos copiar, si no la información del dispositivo externo al estar siendo sobrescrita.
Y un último detalle, ¿quién me garantiza que las diferentes copias de seguridad que he ido realizando están en condiciones de ser recuperadas en caso de necesidad? ¿El mensaje que me presente el programa de copia indicando que la copia se ha realizado? Dada la naturaleza de los procesos de copia, al trabajar con información digital y sobre soportes “perecederos”, es conveniente activar la función de verificación de nuestro programa de copia y, a ser posible, realizar una recuperación de prueba, sino de todo el contenido de la copia, al menos de una selección que nos permita considerar que, aparentemente, la copia es correcta.