Controlar Internet
¿Podemos controlar Internet? ¿Podemos reducir a cero el peligro? ¿Es necesario convertirnos en “hackers” para vigilar el uso de Internet de nuestros hijos? ¿Qué se puede hacer que sea al mismo tiempo razonablemente sencillo y efectivo?
No podemos controlar Internet, ni podemos reducir el riesgo absolutamente. Las medidas más eficaces para proteger a nuestros hijos no son técnicas, por lo que es innecesario convertirse en hacker. Eso sí, conviene conocer lo suficiente de Internet para comprender qué se puede hacer, que hacen nuestros hijos, y cuáles son las ventajas y los posibles inconvenientes de cada actividad.
Como hemos visto, los peligros existen. Pero afortunadamente ninguno de ellos está fuera del alcance de unos padres bienintencionados y con un mínimo de conocimientos, y unos hijos colaboradores.
La confianza y la comunicación entre los padres y los hijos es la mejor medida de seguridad que debe complementarse con unas medidas técnicas efectivas y suficientemente sencillas.
Hace unos años Internet sólo era accesible desde un ordenador en casa. Ahora hay cibercafés, Internet en el colegio, en los móviles. Internet está en todas partes, y por lo tanto, por mucho cuidado que tengamos con nuestro hogar y nuestros ordenadores, no podemos abarcar el mundo. Nuestros hijos pueden acceder a Internet por muchos medios que no controlamos. Por este motivo ser excesivamente restrictivos y controladores puede tener el efecto contrario; el niño puede optar por acceder a Internet por medios alternativos.
La confianza y comunicación
¿Cómo podemos saber lo que les pasa a nuestros hijos si no nos lo cuentan ellos? ¿Espiándoles continuamente? ¿Tienen los niños derecho a la privacidad?
La confianza y la comunicación entre los padres y los hijos es la mejor medida de seguridad.
Medidas como instalar filtros de contenidos o interceptar el correo y el chat no ofrecen garantías, dado que entre la multiplicidad de medios de conectarse a Internet, y lo fácil y económico que es, es posible que los niños escapen a la vigilancia y a las limitaciones impuestas con los padres.
Explicar los riesgos de Internet en un lenguaje que ellos puedan entender, que se puede hacer con la ayuda de la sección enfocada a niños de este sitio web, sin exagerarlos ni despreciarlos, es un primer paso.
Para evitar diferencias de interpretación, puede ayudar escribir unas breves normas de uso de Internet, de modo que el menor siempre tenga la tranquilidad de que el uso que está haciendo está aprobado por sus padres.
El menor debe percibir siempre que si comunica algo a sus padres estos van a actuar de una forma justa y proporcionada. En caso contrario, es posible que con el fin de ocultar una falta, como puede ser enviar una foto a un desconocido por Internet, el menor se vea chantajeado y se vea involucrado en problemas más graves.
Medidas técnicas de protección
Existen medidas sencillas de aplicar para evitar que los menores, inadvertidamente, visiten páginas inapropiadas, como, por ejemplo, páginas con contenido sexual o violento.
Existen numerosos programas que se intercalan de forma transparente entre el navegador e Internet y que pueden examinar qué sitios se pretende visitar. Dependiendo del nivel de protección elegido, sólo los sitios que estén aprobados, serán visitables al usar el ordenador.
Además, algunos proveedores de Internet ofrecen esta posibilidad como parte de los servicios que ofrecen.
Estos programas permiten también limitar el tiempo que se puede navegar por internet, el tiempo que se pueden usar juegos o impedir el uso de chat.
Además existen opciones gratuitas, aunque muchas de esas sólo están disponibles en inglés.