Robo de identidad y fraude
El robo de identidad consiste en utilizar los datos personales de otras personas sin su consentimiento para el beneficio propio.
El robo de identidad ha estado presente en nuestra sociedad desde tiempos lejanos. Hacerse pasar por otra persona no es revolucionario ni novedoso; sin embargo, las posibilidades que han brindado las nuevas tecnologías a estos ladrones de identidades sí que lo son.
Como sabemos, con la expansión de la Red y el flujo constante y masivo de datos por Internet (entre ellos nuestros datos personales), apoderarse de los archivos, interceptar las comunicaciones, se ha convertido en una tarea muy sencilla para hackers utilizando malware especializado. Debemos proteger siempre nuestros datos personales, pues a ojos de los internautas, eso es lo que nos define; es decir, si envío un mail, hago una compra online, el mundo sabrá quién soy porque sólo podemos utilizar nuestras cuentas con las contraseñas y códigos que nosotros hemos creado.
En los últimos años, este delito está creciendo de manera alarmante, pues robarnos la identidad es el método más sencillo y directo de tener pleno acceso a todos nuestros contactos, trabajos O cuentas bancarias. en definitiva; apoderarse de nuestras vidas. Debemos ser conscientes de que todos los internautas son susceptibles de ser víctimas de tales acciones (no sólo los grandes empresarios) y para evitarlo es necesario tomar las medidas preventivas pertinentes.
Nunca debemos dar a conocer nuestra contraseña si no podemos asegurar su confidencialidad, intentar poseer una contraseña diferente para cada aplicación (redes sociales, correo electrónico, videojuego,…), no responder mensajes que nos lleguen pidiendo nuestros datos (si realmente se avecina una catástrofe lo veremos en el telediario), y mantener antivirus, cortafuegos y demás herramientas de seguridad actualizadas para evitar ataques a nuestro equipo ya sea por medio de virus, caballos de Troya o spyware.
Las consecuencias de no mantener una buena defensa contra estos ataques cibernéticos y no garantizar la confidencialidad de nuestros datos personales pueden ser catastróficas. Si nos roban la identidad pueden herir nuestra economía, nuestro estatus social y nuestro equipo; es realmente sencillo enviar un mail insultando a todos los contactos de la víctima o humillarla públicamente en las redes sociales haciendo un gran daño sociológico; si se obtienen los datos de una persona, entrar en su cuenta bancaria y vaciarla no supone un gran problema e igualmente sencillo es destruir toda la información que posea en su ordenador después de robarla.
Así, lo primero que debemos hacer si dudamos de que hemos podido ser víctimas de un robo de identidad (lo notaremos porque no podremos entrar a nuestras cuentas con nuestras contraseñas o veremos mensajes que nosotros no hemos enviado) es denunciarlo inmediatamente a la empresa en cuestión y pedir la supresión de nuestra cuenta. Robar la identidad es un delito y, como tal, está severamente castigado.