Las redes sociales: guía de buenas prácticas

Las redes sociales nos permiten estar en contacto con multitud de amigos en tiempo real, compartir fotografías o comentarios con ellos. Por otro lado, cuentan con muchos puntos oscuros, en cuanto a nuestra privacidad se refiere.

Las redes sociales, hoy en día, se han convertido en un punto central del funcionamiento de Internet. Prácticamente todo el mundo está en alguna, ya sea una red personal o una red profesional y, la mayor parte de la gente, está en muchas.

Las recomendaciones de precaución y de buenas prácticas se vuelven especialmente importantes en las redes sociales. Todos los comentarios que se pueden hacer sobre el uso de los chats, la navegación y el correo electrónico, aplican a las redes sociales en su máximo grado, ya que todas ellas incorporan la suma de todas esas funcionalidades.

Debemos ser muy prudentes compartiendo información en redes sociales. Tengamos siempre presente que, a pesar de los mecanismos de privacidad que pueden ponerse a nuestra disposición, lo cierto es que no tenemos ninguna garantía sobre ello. Si compartimos una serie de fotos o documentos sensibles con un contacto nuestro, nada impide a este contacto dar acceso a ellas a terceros o que las saque de la red social para publicarlas en otra parte.

Uno de los riesgos principales de la exposición de nuestra información, privada y personal, tiene que ver con el robo de identidad y que otras personas traten de hacerse pasar por nosotros.

Últimamente se ha suscitado un debate sobre la exposición de la seguridad personal cuando estamos detallando nuestra vida diaria en las redes sociales, ¿y si un ladrón decide investigarnos, a través de nuestros movimientos en redes sociales, y conoce cuándo no vamos a estar en casa?

Una extensión muy potente y, a la vez, preocupante de las redes sociales, tiene que ver con los teléfonos y las aplicaciones de “presencia” que pueden instalarse en éstos; en muchos podemos estar actualizando nuestra posición geográfica que podría ser fácilmente vigilada mediante herramientas como Google Maps.

Adicionalmente, las mismas recomendaciones de prevención contra programas maliciosos y virus aplican en las redes sociales: Seamos prudentes cuando abramos enlaces que nos lleguen a través de la red social, aunque vengan de nuestros contactos de mayor confianza.

Siempre son buenas prácticas las de mantener en nuestros perfiles de red social la mínima información posible y no dar datos de nuestra localización geográfica detallada (o aportar datos falsos sobre ella), para evitar disgustos futuros.

Evitemos añadir desconocidos a nuestras redes de contactos y amigos, aunque parezcan venir recomendados o veamos que son contactos de otras personas que conocemos: Muchos problemas vienen de personas con intereses maliciosos que, primero, consiguen añadir a uno de nuestros amigos para lograr, más tarde, que los admitamos en nuestra red de contactos.

Finalmente, la prudencia y el sentido común son las mejores armas para prevenir los posibles disgustos que podamos tener. Pensemos bien lo que publicamos en una red social y tengamos cuidado con las personas a las que dejamos acceder a nuestros documentos y actualizaciones de nuestra vida personal.

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